“¡Salud, hijas de Zeus! Otorgadme el hechizo de vuestro canto. (…) E inspiradme esto, Musas, que desde un principio habitáis las mansiones olímpicas, y decidme lo que de ello fue primero”.
Hesíodo. Teogonía (104-115).
Situada en el municipio de Arellano, en el valle de la Solana y merindad de Tierra Estella, la villa domina un paisaje milenario dedicado al cultivo de cereal, vid, olivo y árboles frutales. Los restos arqueológicos encontrados indican que esta villa fue construida entre los siglos I y V con dos fases de ocupación.
De la primera fase destaca la cella vinaria, ubicada un piso por debajo del cortinale (sala de cocción) y del torcularium (sala de prensado), tal y como mandan los tratadistas latinos. Se trata de una de las bodegas romanas mejor conservadas de Europa. Se calcula que esta instalación tendría una capacidad total de cuarenta y cinco mil litros de vino aproximadamente. Destaca también la presencia en la bodega de un magnífico ejemplar de larario dedicado a honrar a los dioses domésticos.
En la segunda fase, destacan dos estancias y un edificio anexo. La primera de ellas es el oecus, decorado con un extraordinario mosaico de más de noventa metros cuadrados con escenas del mito de Cibeles-Attis. Muy cerca se encuentra el musaeum, habitación octogonal pavimentada con un mosaico, réplica del original, en el que se representan a cada una de las nueve Musas, inspiradoras de las artes y los artistas, con su respectivo maestro.
En el exterior de la zona cubierta del yacimiento encontramos un gran edificio de planta rectangular, lugar elegido para la celebración de los ritos mistéricos del taurobolio. Consistía éste, entre otras cosas, en el sacrificio ritual de un toro para conseguir un bautismo de sangre. Se trata de una práctica oriental, importada a Roma por los primeros adoradores de la diosa Cibeles, también llamada Magna Mater.
